En aquellas frías hondonadas
tristes osamentas, aun teñidas de barro y sangre.
Nubes oscuras de grises aullantes
velos de sombra para una matanza.
Pétrea estepa de espacio infinito
muda testigo del llanto y del dolor.
Salvajes desvelos y cantos de muerte
en tierras de olvido y mares de pasión.
Memorias que esperan,
cañadones aislados con fosas precarias
de rojas banderas y hombres hermanos
que en tiempos pasados,
gritaron futuros de austera redención.